Los caminos que no van a Roma.

Si Roland Barthes en “La cámara lúcida” se refirió a la fotografía como un ser vivo camino a existir. En una polaridad absoluta; hoy observamos imágenes impresas o en soporte digital que nos llevan a pensar que son caprichos de un editor ensimismado que encuentra en ellas algún tipo de aprehensión que le une, o sencillamente es una alternativa vana que vale para rellenar espacio como esas fotos afines a una noticia local o realizadas sin un fin estrictamente periodístico, pero que dan el traste con un mínimo de información para con ello suplementar el artículo o el texto y sin otras pretensiones.

Dicho así, suena no más que a un comentario superfluo que valora o no el hecho de exigir la funcionalidad artística, periodística o documental de la fotografía, desviándose en efecto del camino artístico estrictamente interpretativo del fotógrafo que utiliza este medio, mas como un soporte y un medio comunicativo.

Si ponemos por ejemplo alguna fotografía de R. Capa, bien pensada, estudiada; en la escena una figura que trasmite una idea o se encuentra en un contexto revelador, entonces es apropiado que tengamos un elemento clasificador para que la información que veamos sea coherente con la imagen y viceversa. Precisamente Capa, tenía por centro-eje de sus trabajos, la intensidad del –documento-, y sus fotos en general bordaban un “momento de estética en acción”.

Digamos que Arnold Newman nos ayudó a entender que el retrato y la composición, no eran dos elementos disociados, al contrario…..y en cambio, aislar los elementos formales y polarizarlos puede ser la verdadera función que aporta carácter a un retrato, por ejemplo.

Entonces fusionar todos los elementos buscando armonía sin llegar a encontrar un punto excéntrico que hile y contraste el motivo de la composición puede ser un vago intento de no decir nada. Como dijera algún crítico, y cito: El analfabeto del futuro no será aquel que no tenga conocimiento, sino aquel que sepa poco de fotografía…hipérbole de un pensamiento socio-futurista. Por la ingente información que circula por todas partes y donde el soporte o la información fotográfica es predominante y casi todos los medios informativos, culturales o artísticos tienen el apoyo visual como elemento predominante. Dicho esto; toca hacer hincapié en que el artista-fotógrafo-comunicador se empeñe en que su criatura nazca, sea feo, tímido o bello, como reseñó el semiólogo antes mencionado. Nuestro empeño consiste en retomar la mirada primigenia, nos quedó claro que los grandes fotógrafos del siglo XX supieron centrarse en la “mirada sorprendida”, en el “impacto visual” también en la “estética plástica re-señalada” Tengamos en cuenta que los muchos artistas plásticos del anterior siglo trillaron muchos pensamientos visuales en infinitud de medios y con similar cantidad de técnicas creativas agotando tanto la forma, que por oposición le dieron paso a la concepción. Y, si no lo recordáramos por lo que sea, DADA y Duchamp con un breve repaso nos volverían a recalcar que el concepto llegó como hijo rebelde de la forma. Pero la Fotografía, en mayúsculas y con todo lo que lleva; cierta devoción a la técnica, a la magia, a la ciencia y la poesía. Fue y es un medio nuevo, en plena pubertad que busca aún espacio entre el “sobrepoblado” mundillo de las Artes Visuales. Podríamos quedarnos mil folios caracterizando esas miradas mitad ingenuas, mitad sabias de “los grandes”. Nosotros no nos quedaremos en simples imitadores, ni en senderistas de caminos transitados, intentaremos abrir nuevas puertas y sobre las ya abiertas andaremos atentos porque yendo y viniendo sabemos que aún a Roma se llega por otras tantas rutas.