La religiosidad del zapato.
- A.L.T. Luzalfotógrafos
- 15 sept 2017
- 2 Min. de lectura
Estas fotografías muestran la ambigüedad de la huella del hombre como incidencia social en tanto el hombre interviene en los lugares y los objetos. Su acto queda grabado, en cierto modo como indisciplina social y en ello quedan restos, como si fuese un manifiesto histórico; que las fotos captan para mostrar no solo es huella, sino también el efecto que produce el objeto y en su contexto visualizado mas allá de un sentido estético.
No hay complejidad en lo que se muestra ni mensajes ocultos, ni siquiera un comentario. Si no, el ánimo y la visualidad misma que genera, a pesar de todo el conjunto de interpretaciones que algún colectivo pueda hacer.

Amsterdam es una ciudad distendida, donde la ingente permisión de actividades es tan característica que un simple abandono de una bicicleta en la fachada de la antigua fabrica de la famosa cerveza Heineken, no debe tener ningún significado.
Un zapato colgando en la fachada de una iglesia católica en la calle Carmen de Madrid centro, donde millones de personas pasan a diario y esa inadvertida imagen es solo un somero desliz de la mirada. O el angelote orador, del brazo partido que en algún cementerio de Cuba que captó el ojo intranquilo y suspicaz detrás de la cámara. No es que a alguien no le pueda causar algún tipo de picor mental, o que el contraste anacrónico de lo que la imagen representa y lo que el incidente que la afecta suponga algo así como una contradicción. Ud. la ve y la toma, o la deja, un grafitero cualquiera, pasó por esa calle discreta de una ciudad de Europa, y vio ese texto primitivo a la vez religioso, lo vio con el cierre tirado hacia abajo, como la gravedad misma de las tetas que navegan horizontales en contradicción al texto con su rigidez tipográfica y ellas reiteran su sinfín de curvas. No somos inocuos a esa imagen ni a su gravedad que hoy, en estas sociedades tan adelantadas; alimentan las libertades y esgrimen la represión del alma.
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